Una buena caminata, que termines con las piernas to rozaas; meterte en una tienda de campaña que te pega to la solana, que estas ahí poco bien; comer hierbas pa purgarte; beber tu propia orina; limpiarte el ojarasco con hojas; que se te forme una buena tortillaza de sudor; despertarte creyendo que tienes algo en el pelo; agacharte y oír como la tierra te habla y dice: "¡Gilipollas que haces tan lejos de tu casa!"; luego llegar a la montaña y poner los brazos en jarra, que gusto da eso; poner la cara de mirar de lejos...
En fin, no hay nada mejor que una buena expedición.
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